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martes, 23 de febrero de 2010

Nutrición - Comer sin límite no esta permitido, NUNCA!!!


homer




Crees que podés comer lo que quieras mientras corras todas las semana??

Si pensas que podes comer  lo que quieras, sin control ni límite y beber a tu antojo porque correr te absuelve de  pecados, estás muy equivocado. Seguramente te sobra peso y no te importa mucho porque disfrutas comiendo y te sentís muy sano corriendo. O al contrario, estás muy delgado y no te preocupa lo que comes porque no engordas un kilo a pesar de comer hamburguesas, pizzas y facturas, y tu hígado resiste litros de alcohol todos los fines de semana, pero al final los desequilibrios pasan factura en algún momento de la vida. 
Es verdad que no necesitas comer como un santo y que te podés permitir caprichos, pero siempre con moderación. En el caso del alcohol debes saber que bebiendo con moderación (dos vasos de vino tinto o cerveza al día) es beneficioso, pero los alcoholes de alta graduación (whisky, ginebra, ron, etc.) no sólo son muy ricos en calorías, también deshidratan y empeoran tu rendimiento deportivo.

Cómo mejorar tu alimentación:
 
Bebe con moderación, procura ingerir bebidas alcohólicas de calidad: vino tinto, cerveza y sidra. Si salís de noche recorda que de debes hidratarte, no sólo porque el alcohol es diurético, también son horas en las que estás despierto y si además bailas y sudas perdés más líquidos. No bebas cerveza justo después de correr para rehidratarte, primero bebe agua y después de la ducha podés dedicarte a los aperitivos.

jueves, 11 de febrero de 2010

Entrenar con calor


Con la llegada de las altas temperaturas que nos trae este caluroso verano exigimos a nuestro cuerpo un esfuerzo extra. La sudoración aumenta, se pierden más líquidos, no se entrena tan deprisa… Analicemos como debemos correr con calor.

La sudoración supone una extraordinaria adaptación a estas condiciones pero la pérdida de líquidos y minerales debe ser repuesta. Nos encontramos algo más débiles y con mayores necesidades hídricas, pero nada parece indicarnos cuántos y qué tipo de minerales tenemos que reponer. Beber más agua y comer más fruta y vegetales es algo que hacemos desde simpre en verano. Pero ¿es suficiente?
Evitar los calambres, el agotamiento o un “golpe de calor” debe ser nuestro objetivo cuando entrenamos y competimos ahora. El metabolismo sólo trabaja si se mantiene dentro de un estrecho margen de temperaturas que van de los 36,7º C a los 36,9º C. El exceso de calor debe eliminarse durante el ejercicio; si no es así, la temperatura corporal llega a subir a niveles peligrosos en poco tiempo.
El cuerpo desprende el calor sobrante gracias a un complejísimo e ingenioso sistema de termorregulación. A su vez, este sistema se controla desde el sistema nervioso central, en concreto desde el hipotálamo. El exceso de calor se puede disipar por radiación (rayos infrarrojos), por conducción (absorción por el aire), convención (corrientes de aire) o por evaporación (la sudoración), siendo este último el más adecuado cuando corremos.

¡OJO CON EL SUDOR!

Cuando la humedad relativa del ambiente es extrema se pone en peligro el mecanismo de termorregulación basado en la evaporación (sudoración). La humedad relativa supone la cantidad de vapor de agua suspendida en el aire y determina el agua que puede evaporarse por la piel cuando estamos haciendo ejercicio físico. A más alta humedad relativa, menor capacidad del aire para absorber el líquido de la piel, esto es, el sudor. Cuando corremos con temperaturas altas y humedad elevada debemos adaptar nuestro entrenamiento a esas condiciones más exigentes.
En verano deberemos ir aclimatándonos a las nuevas temperaturas buscando horas de entrenamiento adecuadas y, si no podemos elegir, bajando el ritmo de entrenamiento o, en todo caso, mejorando la hidratación. Por la mañana temprano, o al atardecer, evitaremos las “horas-pico” de calor, las más peligrosas. Si, por vacaciones o alguna competición, vamos a la playa y no estamos acostumbrados a esos climas más húmedos, los primeros días de entrenamiento cuidaremos la hidratación cada 15 ó 20 minutos, pues vamos a observar que sudamos con mayor facilidad, incluso aun habiendo elegido las primeras o las últimas horas del día. El consejo es beber agua con regularidad acompañada, si procede y es costumbre, de sales minerales, en las proporciones que aconsejan los fabricantes y no en otras.

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