viernes, 2 de septiembre de 2011

La Mente del Corredor de Fondo

 
La mente del corredor de fondo
El deportista se diferencia de las demás personas en su capacidad de estimulo mental, que le permite ignorar o superar la incomodidad y el dolor. Es este factor psicológico, fuera del alcance de la fisiología, el que determina hasta que punto se aproxima un atleta a sus límites máximos de rendimiento.

Controlar la mente es muy importante en el entrenamiento de largas distancias, pues este se realiza la mayor parte en solitario y exige mucha constancia. El control de la propia mente puede proporcionar un mayor disfrute de la carrera y el conseguir los objetivos sin sufrir lesiones. 

La actitud del corredor
Los corredores de fondo, sobre todo los que preparan maratones, deben tener una mentalidad positiva y realista que les ayude ante cualquier contratiempo que les surja en el entrenamiento o competición.
Para empezar, tienen que tener muy claro su condición de deportista individual. Nadie podrá hacer por ellos lo que tengan que hacer. Correr es un acto individual y, por mucho que se salga en grupo a entrenar, el trabajo lo realiza cada uno y, en función de cómo lo haya hecho, asimilara más o menos el trabajo.
Aquellos que hayan adquirido un mayor autoconocimiento de sí mismos serán los que consigan los mejores resultados y los que disfruten más de los entrenamientos.
Estos corredores tendrán una actitud más positiva ante la competición, lo que les llevara a conseguir mejores resultados.
El auto conocimiento es un estado al que se llega después de años de entrenamiento, de cometer errores y aprender de ellos. Hay corredores que son capaces de conocerse y auto controlarse en pocos años, pero otros jamás llegan a ello.

La motivación
Puede ser una acción, un efecto o el ensayo mental preparatorio de una competición. Durante semanas, incluso meses, el atleta se prepara física y psíquicamente para una competición, donde
desarrollara sus capacidades físicas máximas. Para lograrlo se prepara concienzudamente, a diario, mentalizándose para el evento. Visualiza en su mente el momento, y ensaya dentro de ella todas las posibilidades y formas de competir. Esa motivación le permitirá exigirse más en los entrenamientos y, por lo tanto, correr más y mejor.
El apoyo y la comprensión del entorno familiar, de amigos y de compañeros de trabajo, así como el ánimo de otros corredores, con el intercambio de impresiones, son muy importantes para reforzar la motivación.
De este modo se afianza la seguridad en sí mismo, se mejora la autoestima y se incremente la capacidad de adaptación. Con una fuerte motivación es mucho más fácil y rápido recuperarse de lesiones. Un atleta motivado es capaz de adaptarse a cualquier modificación en el entrenamiento, por cualquier lesión y eventualidad.
Esta adaptación le permitirá incrementar su nivel de  exigencia personal. También, sabiendo que el consumo máximo puede mejorar un 20 % con el entrenamiento, la adaptación a un trabajo más exigente nos procurara una mayor capacidad de entrenamiento y, por tanto, un mayor rendimiento.
Para la seguridad en si mismo, la autoconfianza y la mentalidad positiva ante las eventualidades permanezca inalterable, lo mejor es tratar de evitar comparación con otros corredores. Cada atleta es un ente único y especial, no hay dos iguales por más parecido que entrenen, vivan o coman. Cada uno tiene sus características físicas propias, lo que unido a la capacidad de su mente, los hace totalmente diferentes. Así, se producen casos curiosos de  atletas que entrenan juntos realizando lo mismo, y que el que mejor entrena es superado por su compañero en competición. En estos casos esta claro que el segundo tiene un mayor autoconocimiento de sí mismo y un mayor control sobre su mente. Ni siquiera nosotros podemos imaginarnos las cosas que nuestra mente puede ayudarnos a realizar.

Conocer y evitar los puntos débiles
Por una parte, están los puntos débiles derivados de la propia anatomía. Cada atleta, según su condición física, tendrá más o menos lesiones al entrenar. Si son muchos y continuos los problemas físicos que se padecen, será muy difícil mantener la constancia.
Por otra parte, el ritmo de forma de vida de cada uno condicionara la adaptación al entrenamiento. Es decir, la falta de tiempo por el trabajo, las pocas horas de sueño, los problemas personales, los
continuos viajes, el descontrol en las comidas,  etc., suponen bastantes puntos débiles que restaran efectividad al entrenamiento y lo harán más difícil de asimilar.
Estos puntos débiles minima la motivación, disminuyen la autoestima y supone una menor confianza de cara a la competición.


A tener en cuanta


  • El descanso es otra parte del entrenamiento: sin un descanso adecuado podemos lesionarnos y nunca asimilaremos los entrenamientos ni nos dará tiempo a reponer fuerzas para una nueva sesión. Poner dos días de descanso a la semana intercalados es la mejor idea y siempre mínimo un día de descanso después de una competición.
  • La carrera continua suave es la base del entrenamiento de fondo: con ella se trabaja la resistencia de bajo impacto, acostumbrando al organismo a utilizar las grasas como principal sustrato energético, se aumenta el tamaño del corazón y por tanto se reducen las pulsaciones, se crea una mayor capilarización muscular y se adapta a músculos, tendones y cartílagos a un esfuerzo prolongado.
  • Las series cortas y repeticiones nos harán más rápidos: con ellas fomentaremos la potencia aeróbica, esos momentos de la carrera en la que necesitamos apretar y que el cuerpo nos responda. Con estas series el cuerpo aprende a reciclar el lactato para que no nos fatigue y pueda utilizarlo como nueva forma de energía.
  • Cambios de ritmo o fartlek: en palabras de un entrenador sería el trabajo del método continuo de intensidad variable, es decir, hacer salidas de larga duración pero variando el ritmo según intervalos de tiempo para generar picos de fatiga y posteriores recuperaciones al aminorar el ritmo. Con esto se trabaja la capacidad de recuperación durante la carrera.
  • Variado es mejor: nunca utilizar el mismo recorrido, ni los mismos compañeros de entreno. El cuerpo se adapta a todo y al final se entra en una monotonía que no nos hace avanzar.
  • Estirar es necesario: antes y después de los entrenamientos. Antes para calentar los músculos y evitar lesiones y después para facilitar la recuperación del músculo y evitar que tras muchos minutos de ejercicio repetido el músculo se limite a la tensión del trabajo y aparezcan contracturas o desequilibrios musculares.
  • La técnica de carrera es fundamental: realizar el gesto de la carrera mal acarrea lesión segura. Además una buena técnica de carrera supone una eficacia energética que se traduce en el mismo esfuerzo pero con menos gasto de energía, y esto al fin y al cabo es correr más y mejor.
  • Abdominales y lumbares para correr mejor: estos grupos musculares son los que nos mantienen en una postura erguida correcta. En la carrera mantener el tronco erguido y sin oscilaciones mejora la técnica, evita lesiones y ahorra energía. Acabar el entrenamiento con ejercicios de abdominales y lumbares es una buena idea.
  • La fuerza también nos sirve: y aquí el término fuerza no es sinónimo de gran desarrollo muscular, nos referimos a ejercicios de fuerza básicos que tonifiquen los músculos implicados en la carrera (cuádriceps, isquiotibiales y gemelos), así mejorará la técnica de carrera, se protegerán rodillas y tobillos y se ganará esa chispa de energía que nos hace ser más rápidos.
  • El entrenamiento cruzado te hará avanzar: no sólo de correr vive el fondista. Bicicleta, natación, senderismo…hay múltiples actividades que sirven para entrenar y al mismo tiempo meten un punto de diversión y variedad. Es recomendable meter un día o dos de entrenamiento cruzado cada dos semanas, pero a una intensidad moderada para evitar lesiones al hacer una actividad poco habitual.

fuente: www.vitonica.com

Nike Women+

adidas.tv