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lunes, 7 de diciembre de 2009

Lesiones en Corredores- Fascitis



¿QUÉ ES? Inflamación de la fascia de la planta del pie. La fascia es como una tela que recubre a los músculos, es un tejido fibroso, grueso y tenso, situado (en este caso) en la planta del pie que se inserta en el hueso del talón (calcáneo) y se despliega hacia adelante para anclarse en los dedos. Su función es amortiguar los impactos durante la actividad y estabilizar el talón. En muchos casos suele aparecer un espolón en el calcáneo, pero es un problema secundario.

SÍNTOMAS. Dolor localizado en la base del talón. También se produce dolor a la palpación, al estiramiento y al caminar de puntillas o sobre los talones. También puede aparecer un dolor sordo en el talón, intermitente, de predominio matutino, cede con los primeros pasos de la marcha, reaparece al reanudar la marcha tras un reposo y aumenta al final del día.

DURACIÓN. Muy variable

CAUSAS. Pisada hiperpronadora. Debilidad en la musculatura plantar. Acortamiento excesivo del tríceps sural. Déficit de flexibilidad en la flexión dorsal del tobillo. Pies cavos. Sobrecarga o microtraumatismos repetidos.

TRATAMIENTO. Masaje en la planta del pie, estiramiento pasivo y fortalecimiento de la musculatura plantar y periférica. Aplicar hielo tres veces al día y después de la actividad deportiva. Tratamiento médico a base de antiinflamatorios y, en algunos casos, inyecciones de esteroides. También puede servir un vendaje funcional o una talonera en la fase aguda, así como vigilar el calzado. Algunos autores recomiendan el uso de tiras de esparadrapo a lo largo de la fascia para la práctica deportiva.

Existen algunos ejercicios que pueden ayudarnos a mejorar:

1. Coloque una toalla en el suelo e intente traer la toalla hacia usted con los dedos del pie. Aumente la resistencia con un peso en el extremo de la toalla. Haga varias repeticiones con descansos entre ellas.
2. Masajes con la pierna opuesta. Mueva su pie doloroso lentamente arriba y abajo sobre la espinilla de la otra pierna, tratando de rodearla con los dedos.
3. Estiramientos. Ponerse a cierta distancia de una mesa apoyando las manos sobre la misma, flexionando una rodilla y con la otra estirada. Lentamente inclínese hacia la mesa, presionando hacia delante hasta que sienta una tensión moderada en los músculos de la pantorrilla de la pierna estirada. Mantenga esta posición durante 15 segundos.

PREVENCIÓN. Mantener una buena flexibilidad alrededor del tobillo tal vez es la mejor forma de prevenir la fascitis plantar.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Lesiones en Corredores



En una carrera de 15 minutos, a un ritmo aproximado de cuatro minutos y medio por kilómetro, se producen cerca de cinco mil impactos de los pies contra el suelo. El valor de cada uno de estos impactos se sitúa entre dos y cinco veces el peso corporal del deportista, así pues, es fácil suponer la enorme fuerza y estrés mecánico al que están sometidos los músculos y articulaciones de las piernas de un corrredor. Todo ello facilita que los corredores sufran, por término medio, varias lesiones por temporada, con predominancia de las producidas por microtraumatismos y por sobrecarga.
Cuando un atleta padece una lesión es muy importante que realice un entrenamiento supletorio, para mejorar los músculos y tendones no afectados y para mantener los niveles fisiológicos óptimos. Para ello existen numerosas actividades alternativas, como carrera acuática, bicicleta, programa de fuerza-resistencia...
En la mayoría de las lesiones se sigue el protocolo CRICE como pauta de actuación, esto significa que debemos, en la medida de lo posible, y para no agravar más la lesión:

            C: Crioterapia (aplicar frío)
            R: Reposo
            I: Inmovilización
            C: Compresión de la zona afectada
            E: Elevación del miembro para disminuir el riego sanguíneo.

Todos sabemos que las lesiones suponen una interrupción más o menos duradera en nuestro entrenamiento. Es importante retomarlos de una forma gradual y pausada, la paciencia es fundamental en estos casos.
Si se ha producido una lesión lo primero y fundamental es guardar el reposo necesario según el tipo y grado de incidencia de la misma, mejor perder cuatro días de entrenamiento, que cuatro meses por una vuelta a la actividad precipitada.
Durante la lesión no podes entrenar, pero podes mantenerte "en forma" realizando estiramientos que no incluyan el miembro o zona afectados.

Vuelta a la actividad


El primer día de vuelta a la actividad hay que dedicarlo a ejercicios de gimnasio suaves y unos 20-30 minutos de bicicleta fija sin demasiada dureza. El objetivo es "recordarle" al cuerpo la actividad física, sobre todo si la lesión te ha tenido apartado más de una semana.
Dependiendo de tu nivel anterior a la lesión, el segundo día debes salir a trotar enter 10 y 20 minutos, a una intensidad de 1 minuto por kilómetro más lento que tu ritmo habitual de entrenamiento. Es decir, que si soles entrenar a 4:30 debes rodar este día a 5:30.

Ocasionalmente y dependiendo del tipo de lesión y su gravedad, realizá ejercicios de fortalecimiento de la zona afectada.
Después de cada sesión de entrenamiento aplícate agua fría en el tren inferior (y en el superior lo más fría que soportes), dando especial atención a la zona afectada.
Bebe medio litro de agua cada cuatro horas, aunque no tengas sed.
Si durante estos días de vuelta a la actividad total notas alguna molestia o "aviso", para durante un día y comprobá la reacción de la lesión.
Una vez que completes este ciclo de "recuperación activa", tómate uno o dos días de descanso y vuelve a tus entrenamientos normales.

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